
Es importante proteger a tu bebé del sol nada más nacer. Los bebés son especialmente susceptibles a los efectos nocivos de la radiación ultravioleta (UV), que puede provocar cáncer de piel más adelante. Además de causar quemaduras y daños en los ojos, una exposición excesiva a los rayos UV puede provocar un envejecimiento prematuro de la piel e incluso cáncer de piel.
Seguridad de los protectores solares en los bebés
La protección solar es imprescindible para los bebés. El sol puede causar graves daños en la piel de tu hijo a una edad temprana, por lo que debes empezar a utilizarla cuanto antes.
Los bebés son más vulnerables al daño solar que cualquier otro grupo de edad. Su piel es fina, con poca melanina (el pigmento que da color a la piel) para protegerlos de los rayos solares.
Los bebés deben protegerse de los rayos UV tanto como los adultos. Existen protectores solares para bebés, pero asegúrate de leer bien la etiqueta antes de comprar cualquier producto para tu bebé.
La mejor manera de proteger a tu bebé contra los efectos nocivos de los rayos UVA y UVB es aplicarle un protector solar con un FPS de 30 o superior cada dos horas mientras esté al aire libre. Si está dando el pecho, aplique el protector solar encima de la ropa y vuelva a aplicarlo cada dos horas o después de nadar o bañarse.
Los niños y los bebés son especialmente vulnerables a los daños del sol. Su piel es mucho más fina que la de los adultos y aún no ha desarrollado una capa exterior protectora.
Los protectores solares existen desde hace décadas, pero sólo recientemente las empresas han introducido productos específicamente diseñados para los bebés.
¿Por qué usar protección solar en los bebés?
Los bebés son especialmente vulnerables a los efectos de la exposición al sol porque su piel es muy fina. Además, su delicada piel carece de la protección natural de la melanina, que da el color a la piel y ayuda a protegerla de los rayos UV.
Los bebés deben estar protegidos del sol en todo momento, incluso cuando están dentro de casa. Los bebés pueden estar expuestos a los dañinos rayos UV a través de las ventanas e incluso de los cristales tintados del coche.
Exposición a la radiación UV en interiores: la ventana de tu bebé al sol
El hecho de que esté en el interior no significa que esté a salvo de la exposición a la radiación UV. Las fuentes de radiación UV en interiores incluyen:
Ventanas – Estudios formales demuestran que las ventanas interiores pueden exponer a tu bebé hasta el 80% de los rayos UV del sol. Incluso en casa o en un coche con ventanas tintadas, tu hijo puede estar expuesto a la dañina radiación UV a través de las ventanas y las puertas de cristal. Asegúrese de mantener las persianas cerradas durante las horas de luz, así como por la noche cuando las luces están encendidas).
El sol es la mejor fuente de vitamina D, esencial para la salud de los huesos y los músculos. Pero una exposición excesiva a los rayos UV puede dañar la piel y aumentar el riesgo de que el bebé desarrolle cáncer de piel más adelante.
La Academia Americana de Pediatría (AAP) recomienda que los bebés menores de 6 meses eviten la luz solar directa. Aunque estén abrigados con ropa, gorros y protección solar, pueden quemarse.
En el caso de los bebés mayores de 6 meses, hay que limitar el tiempo que pasan al aire libre entre las 10 de la mañana y las 4 de la tarde, cuando los rayos del sol son más fuertes. Si tiene previsto estar al aire libre durante esas horas, proteja a su bebé con crema solar o con ropa que le cubra los brazos y las piernas.
Consejos de seguridad al sol para los bebés:
Aplica siempre el protector solar al menos 30 minutos antes de salir al exterior -incluso si está nublado o hace frío- para que tenga tiempo de absorberse en la piel de tu bebé.
Vuelva a aplicar el protector solar cada dos horas o inmediatamente después de nadar o sudar mucho.
Utiliza ropa protectora, como sombreros de ala ancha y camisas de manga larga o pantalones de tejido tupido
El sol puede ser una amante dura e implacable, por lo que es importante que los bebés utilicen una protección adecuada. El protector solar para bebés es una parte esencial del régimen de cuidado de la piel de cualquier bebé. El mejor tipo de protector solar para bebés es el de base mineral, ya que es no comedogénico e hipoalergénico.
Hoy en día existen muchos tipos de protectores solares en el mercado, pero no todos son iguales. Es importante elegir uno que esté diseñado específicamente para bebés, ya que las fórmulas de la mayoría de los protectores solares para adultos son demasiado duras para la delicada piel de los niños.
Hay dos tipos de protectores solares: físicos y químicos. Los protectores solares físicos contienen óxido de zinc o dióxido de titanio, que actúan como barreras físicas contra los rayos UV al reflejarlos lejos de la piel. Los protectores solares químicos contienen absorbentes como la oxibenzona y la avobenzona, que absorben los rayos UV antes de que lleguen a la piel. Ambos tipos de protectores solares actúan absorbiendo o dispersando la radiación ultravioleta, pero hay algunas diferencias entre ellos, el más recomendable es el protector físico:
No contienen sustancias químicas que puedan irritar la piel sensible.
Duran más que los protectores solares químicos (hasta 80 minutos)